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JUSTICIA Y BIEN COMUN
Reflexionemos en Navidad
Juan Tomás Taveras Rodríguez
lunes, 22 de diciembre de 2008
El período de la Navidad contiene en sí el final y el principio de cada año. En este tiempo se pasa balance a los resultados del año vivido y se planifica para lo que esperamos en el siguiente.
Se valora mucho el estar solo o acompañado en esta época, pues las personas se sienten más sensibles, más vulnerables, más humanos, en muchos casos por el cambio de temperatura, en otros casos porque es el período de mayores fiestas en el que nos sentimos necesitados de una compañía para compartir.
Los orígenes de las fiestas de navidad son esencialmente de cultura religiosa para los cristianos y cultura pagana para los no creyentes. La navidad es uno de los eventos más importantes y extraordinarios celebrados por el ser humano.
Las fiestas navideñas, tanto para creyentes y no creyentes, constituyen un período importante para reflexionar y enfocarnos en trabajar y en poner nuestro granito de arena para tener un mundo mejor y reducir nuestras problemáticas sociales, los males del mundo, los sufrimientos de la humanidad, los conflictos de hoy día, la violencia, y ver a los mandamientos del cristianismo como a la constitución de un país, que debemos cumplir y respetar.
Los Diez Mandamientos, deben ser tomados en cuenta tanto para una doctrina moral como para una organización social y ordenada; ellos vendrían a dar solución a los conflictos sociales del mundo o de la humanidad. Es un sistema sencillo de normas que nos ayudaría a vivir en paz, a respetar a los demás, a tener esperanza divina, a ser solidarios con los demás. Se evitarían las guerras, los engaños y cumpliríamos fácilmente con nuestra meta al nacer, alcanzar la felicidad. Tendríamos un equilibrio de cuerpo, mente, alma y espíritu.
No importaría religión, no importarían leyes, no importarían ninguna de las diferencias del mundo, ni color de piel, ni posición social, ni cultura; simple y sencillamente cumpliendo y respetando los mandamientos y doctrina del cristianismo:
Amarás a Dios sobre todas las cosas.
No tomarás el nombre de Dios en vano.
Santificarás el sábado.
Honrarás a tu padre y a tu madre.
No matarás.
No cometerás actos impuros.
No robarás.
No levantarás falsos testimonios ni mentirás.
No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
No codiciarás los bienes ajenos.
MARCOS 12
“30 El principal mandamiento es: Amarás pues al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con todas tus fuerzas.
31 Y el segundo es semejante: Amarás á tu prójimo como á ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos”.
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