En pleno
2014, léase, siglo XXI, mundo globalizado y todos los adelantos que a la
Universidad Autónoma de Santo Domingo le han pasado por arriba, pero tan altos
que ni siquiera la han tocado, algunos profesores continúan impartiendo docencia en los pasillos.
Tal vez porque
las aulas que les asignan sólo aparecen en el horario o porque la cantidad de
estudiantes supera exageradamente el reducido espacio al que han sido sometidos
sus sueños de una universidad de verdad.
Muchos
edificios de la UASD han sido forzados a
crecer de manera tan ilógica que ni una
pobre estructura es capaz de asimilar tal metamorfosis. Pues la “mega técnica” usada para tal hazaña
es, dividir un aula grande en dos con una pared artificial y por arte de magia,
“problema resuelto”.
¿Hasta cuándo?
¿Seguiremos gastando dinero en empleos innecesarios o se atenderá por fin lo básico?
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